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"Antes de animarme a ir a la clínica de La Casa de La Verruga mi vida era muy diferente. Me daba mucha inseguridad tener parejas, salir, ir al médico, ya que contaba con verrugas genitales. Cuando por fin me decidí a ir, me arrepentí por no haber ido antes. Mi vida cambió para bien y estoy muy agradecido con todo el equipo por no haberme juzgado y por no haber sentido dolor en el procedimiento".